¡Los anticuerpos monoclonales,
ahora están en todas partes,
Parte 2!
Un elemento clave, el hibridoma
Septiembre 26 de 2024
Muchísimas personas en diferentes partes del mundo, comenzaron a hacer aportes en el campo de la inmunología, logrando avances en el mayor conocimiento de la enorme estructura que significa el sistema inmunológico, base sustancial del entendimiento y creación de los anticuerpos monoclonales.

Gracias a toda esta investigación, hoy sabemos con claridad que si una sustancia extraña (antígeno) se inyecta en el cuerpo de un ser humano, algunas de las células B de su sistema inmune se transformarán en células plasmáticas y empezarán a producir anticuerpos que se unirán a ese antígeno. Cada célula B produce un solo tipo de anticuerpo; así, diferentes linfocitos B producirán anticuerpos estructuralmente diferentes que se unirán a distintas partes del antígeno.
En los años 70 ya se conocían los linfocitos que producían un solo anticuerpo, en forma de mieloma múltiple – un cáncer que afecta a los linfocitos B. Estos anticuerpos se utilizaban para estudiar su estructura, pero aún no se podían producir anticuerpos específicos para un antígeno dado.
En 1973, Jerrold Schwaber, biólogo y genetista estadounidense, junto con Edward Cohen, describieron un método para producir anticuerpos que involucraba células híbridas de humano y ratón, o hibridomas.

La tecnología de los hibridomas, es un método para producir grandes cantidades de anticuerpos idénticos, que son también los llamados anticuerpos monoclonales.
En 1975, Georges Köhler y César Milstein lograron realizar la fusión de líneas celulares de mieloma con células B para crear hibridomas que podían producir anticuerpos, específicos para antígenos conocidos y que fueran “inmortales”. Posteriormente Niels K. Jerne, Georges Köhler y Cesar Milstein compartieron el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1984 por el descubrimiento.
Estaba muy cerca el momento de la generación del primer anticuerpo monoclonal…..